La Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2012, obliga a instalar repartidores de costes (RCC) o contadores individuales de calefacción antes del 1 de enero de 2017. Este cambio pretende conseguir un ahorro de energía primaria del 20 % en el año 2020, obligando a los estados miembros a adoptar medidas de ahorro para cumplirlo.
Uno de los principales consumos energéticos es el gasto de agua y calefacción en las comunidades de vecinos que disponen de sistemas centralizados, ya que al no conocerse los datos de gasto de cada vivienda, no se puede decidir cuánto y cómo ahorrar, a pesar de que las necesidades térmicas de un mismo edificio no son casi nunca las mismas. La instalación de contadores individuales solucionaría este problema de descontrol en el gasto.
La nueva normativa exige conocer los consumos individuales en las viviendas y, en el caso de las comunidades de vecinos con calefacción central, obliga a instalar repartidores de costes (RCC) o contadores de calefacción para que cada vecino conozca los detalles y pague solamente por su consumo, ahorrando una importante cantidad de dinero.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) augura un ahorro de hasta el 30 % en los gastos de calefacción en un edificio, mientras que una familia española ahorrará una media de 180 €/año de gasto en calefacción con la nueva normativa. En general, se estima un ahorro global de 1.100 millones de euros en cinco años.